lunes, 13 de mayo de 2013

Capítulo once. Villancicos con sabor a muerte

-Creo que nunca te he visto delante de un libro más de veinte minutos-Dijo mi padre.
Levante la cabeza del libro con una sonrisa mientras cogía otra galleta de chocolate echa por mamá.
Me sonreia por encima del periódico con sus gafas de leer ligeramente caídas hacia delante.
Papá parecía más un intelectual que un militar. Además uno de alto rango.
  -Es que estos libros me tienen atrapada-Dije señalando el libro de la biblioteca de Hogwarts.
No solía leer cuando estaba en la escuela primaria, Lo odiaba y no entendía como a papá y a mamá les gustaba tanto.
También odiaba estudiar, Lo cual había hecho que hubiera pasado por los pelos aquellos cursos.
La vagancia era algo por Lo que papá me solía reprender. Pero Hogwarts me había cambiado estos últimos tres meses. Puede que porque el hecho de estudiar algo que tanto me gustaba, algo que de verdad me motivaba, me hacia sacar Lo mejor de mi.
Sin duda, papá estaba encantado. Por fin me veia tomarme algo en serio. Y sin duda estaba muy feliz al ver el orgullo en sus ojos marrones cálidos.
  - ¿Magos tenebrosos desde la Edad Media Hasta Hoy? ¿De verdad eso es una buena lectura para alguien de tú edad?-Pregunto papá levantando la tapa del libro con desaprobación en sus labios fruncidos-¿Os hacen leer esto?
Negue con la cabeza mientras bajaba la tapa del libro y Lo ocultaba de Su mirada. No quería que supiera Lo realmente horrible que podía llegar a ser aquel libro. Era estremecedor. Con mucha muerte y maldad.
  -No, es lectura libre que escogí por simple curiosidad-Me encogi de hombros-Ando pérdida en este mundo aún papá. Aunque pertenezca a el, necesito saber más cosas sobre Su pasado. No basta con leer hechizos y lanzarlos. Hay historia, hay pasado, hay dolor y sufrimiento....-Force mi memoria un segundo-Mi profesor de historia en la escuela solía decir:"Estudiar el pasado para mejorar el presente y evitar errores en el futuro"
Papá me miro casi con una sorpresa ofensiva.
  - ¿Como recuerdas eso?-Pregunto con las cejas alzadas.
Le puse una mueca de dolor y decepción.
  - A veces atendía papá. No me dedicaba ha atar las zapatillas de todos mis amigos con magia todos los días-Sonrei ante el recuerdo de la mitad de la clase cayendo de bruces al suelo.
Papá se río entre dientes. Sin duda, al enterarse se enfado. Pero reconoció que mi broma fue muy buena.
  -Me alegro de que tengas tal capacidad de atención de vez en cuando-Dijo en tono burlon.
Le puse los ojos en blanco y le provoque la risa.
  -Me alegro de que te tomes esto en serio, de verdad. Estoy orgulloso de ti-Dijo colocando Su mano en mi rodilla recogida en el sillón. Me sonrio-Muy orgulloso.
Sonrei tontamente y algo emocionada. Aquel brillo en Su mirada... Sólo rezaba porque nunca se fuera. Porque nunca le decepcionara.
Me encogi de hombros de nuevo.
  -Se hace Lo que se puede-Dije en tono fingidamente fanfarron.
Papá se echo a reír y se levanto dejando el periódico en el sofa.
  -Voy a ayudar a tú madre con la cena. Nos vemos luego-Dijo revolviendo mi cabello.
  -Está bien papá-dije con una pequeña sonrisa.
Me sonrio y fue a irse cuando dudo en un pasó y se volvió hacia mi.
  -Aleja los libros de magia y la varita de tú hermano. No me gustaría que el o algún primo tuyo o incluso tú inconsciente tío haga el tonto con ellos-Me pidió.
Asenti con la cabeza.
  -Tranquilo papá, no creo que pase nada... Bueno-Me reí entre dientes-Por Lo general la magia en...-Entonces dude.
  -Muggles-Acabó papá por mi en una sonrisa.
Sin duda, el hecho de llamar muggles a mis padres no era algo precisamente fácil.
Sonrei.
  -La magia en muggles es excesivamente inútil. Sí cogieran mi varita dudo que ocurriera nada... Puede que un par de malos resultados como chispas, agua o alguna cosa así.
Papá sonrio imaginandoselo, pero luego endurecio la mirada.
  -Guardalos-Me repitió.
Asenti y papá se fue.
Mire a Nuts en mi regazo comiendo sus golosinas de hurones.
  -Vas a conocer a toda la familia Nuts.... Mantente cerca de mi ¿De acuerdo? Mi tía Genevieve odia los animales, mi primo Marck es un bruto y mi tío Joshep es un tanto infantil. No quiero que te hagan nada.
Nuts se removio en mi regazo y siguió comiendo.
Suspire y volví la mirada al libro, tratando de encontrar aquel nombre tan odioso que llevaba dos meses buscando.
Las pesadillas habían aumentado y estaba segura de que era  Keray el de mis sueños.
Todo era por culpa de la historia de Ollivander. No había dado tanto miedo en verdad.
Pero me debía de haber traumatizado o algo.
Estaba casi segura de que sí encontraba más cosas sobre ese condenado se me calmarian los nervios.
Al menos eso me decía a mi misma.
Había deborado libros y libros de magos oscuros. Por supuesto, Lord Voldemort y Harry Potter ocupaban la mitad de ellos y era tan aburrido escuchar nada sobre ellos después de tantos libros....
Además sabía que algún día acabaría estudiandolo en Historia de Magia, por Lo cual casi le aborrecia.
Desde que cambiaron a la vieja bibliotecaria y pusieron al nuevo joven señor Birdwhistle, nos permitían sacar los libros de la escuela. Eso sí, con un voto de confianza limitado.
No debiamos estropear ninguno o no nos permitirían sacar otro libro de nuevo.
Me gustaba tanto leer ahora (una afición que la antigua Clarie no habría tenido y que me sorprendía a mi misma) que habría sido una decepción que me alejaran de los libros y me nueva afición por leer.
  -Ben, tienes que bañarte-Escuché a mamá de fondo gritar.
Ben no contestó. Seguramente se había escondido para no tener que bañarse.
No me sorprendia en absoluto. Le comprendia.
Las cenas de navidad eran los únicos momentos en los cuales estábamos toda la familia reunida. No éramos mucha, pero era mejor así.
La hermana de mamá, Genevieve, era bastante insoportable, al igual que mi primo Marck. Estaba divorciada y no me sorprendia.
Mis abuelos maternos, Evelyn y John era muy buenos y agradables, mientras que a papá sólo le quedaban sus hermanos gemelos, Joshep y Robert. Este ultimo estaba ahora mismo en una misión militar.
Seríamos pocos este año.
Sin duda no podría hablar sobre mi escuela y mantener Hogwarts y el echo de que era bruja, en secreto.
Aunque me doliera profundamente esconderselo incluso a mis abuelos.
Suspire y me levante recogiendo mis libros del salón junto con mi varita, de la cual nunca me separaba.
Debia ducharme y arreglarme para la cena de Navidad.
Camine por el salón y me detuve en las escaleras mirando a papá cocinar.
Me eche a reir cuando le vi con el delantal rosa de mamá.
  -Te favorece ese color-bromee.
Papá me sacó la lengua haciendo que su rostro se volviera más joven que nunca y pareciera solamente un adolescente de cabello oscuro revuelto.
  -Mejor que a ti me queda seg...
Su voz fue interrumpida por un grito horrorizado de mi madre.
Me quede congelada y mire el alto de las escaleras.
Papá y yo actuamos al mismo tiempo.
Deje caer los libros y el, el cuchillo y subimos a trompicones las escaleras hacia el cuarto de Ben, de donde salió el grito de mamá.
Saqué la varita y derrape al frenar frente la puerta cerrada apuntó de caerme. Abri la puerta y entre con un conjuro preparado.
Mamá estaba en el centro de la habitación con el rostro blanco y horrizado.
Mire a todos lados, buscando desesperada a mi hermano o el motivo de Su grito.
La habitacion estaba desorganizada y revuelta... Nada fuera de Lo común siendo Ben.
La cama estaba arrugada dando muestras de que mi hermano había saltado en ella.
Mire de nuevo a mama, tratando de descubrir porque gritaba.
La habitacion no estaba tan destrozada...
Entonces me percate que miraba al techo y alcé la mirada mientras escuchaba la risa de mi hermano llena de alegria.
  - ¡Clarie! ¿Que le has echo a tu hermano?-Me regaño papá.
Boquiabierta observé a mi hermano pegado al techo como una lagartija y riendo como un loco jugando con las aspas del ventilador.
Negue con la cabeza mientras recordaba aquella vieja película de un superheroe araña. Spiderman.
  -Yo no he sido...-Digo bajando la varita, entonces comprendi-Ben...¿puedes hacer magia?
Mi hermano rompió a reir y se solto del techo.
Papá y yo estiramos los brazos para cogerle.
Pero Ben se rio y planeó por el techo como sí fuera una mosca.
  - ¡Soy mago! ¡Soy mago! ¡Soy mago!-Gritaba mientras Su cabello danzaba tapandole la frente y los ojos.
Me eche a reir con la misma alegria que el mientras sacudia la cabeza.
  -Si, un mago en calzoncillos-Dije entre risas.
Ben se puso colorado y se cubrió el cuerpo avergonzado.
Mamá me agarro del codo aún asustada.
  -Bajale, por favor. Bajale-me suplicó.
Suspire e hice un mohin.
  -No tengo permitido hacer magia fuera de Hogwarts-Le recorde y miramos de nuevo a Ben.
  -Pero... Pero... si se cae...-comenzó a decir mama.
Me eche a reir y relaje a mama poniendo la mano en su hombro.
  -Mamá en todas las veces que yo vole por mi cuarto nunca me caí. No te preocupes-Le pedí.
Me miro horrorizada e nuevo.
  - ¿Todas las veces?-Repetio anonadada.
Está vez evite su mirada y la clave en el feliz Ben que seguia volando entre risas. Papá estaba sonriendo, orgulloso y tambien preparado por sí caia.
Aquel rostro... Estaba tranquilo, más que cuando yo hacia magia mucho más simple y menor y ocultaba mi verdadera magia para cuando estaba a solas.
Incluso a mamá se la veía tranquila ahora. Sí hubiera sido yo a la que vio así, se habría desmayado.
Ahora no tenían que temer a la magia. No después de saber Lo que era y que tuvieran explicación todas aquellas cosas que me habían pasado.
Sentí una punzada de envidia por mi hermano menor.
Papá y mamá estaban algo preocupados, pero sólo por sí se caía, por Lo demás debían de estar orgullosos.
Nunca recibí algo así por Su parte antes de descubrir Hogwarts.
Negue con la cabeza y me centre en Ben.
No merecía la pena pensar en aquello.
  -vamos Ben, debes bajar-Dije con un suspiro.
Ben me miro con el ceño fruncido.
  - ¿Porque? ¡Ahora soy mago! Iré a Hogwarts, seré super guay y...
  - ¡Ben, baja!-Le ordene endureciendo mi voz y frunciendo el ceño-la familia va a llegar en unas horas y no puedes estar volando por ahi como sí fueras un pájaro. Sí quieres ser mago vas a tener que acatar las reglas básicas sobre ser discreto y mantener tú magia en secreto. Sí descubren que hay magos, acabadas en la cárcel.
Sabía que era una pena exagerada por quebrantar la ley de Secreto de los Brujos. Pero Ben necesitaba algo como eso para comportarse.
Yo ocúlte mis poderes por miedo y desconocimiento. Ben sabía que no era algo malo, así que sabía que no tenía porque tener miedo y podía experimentar más que yo y sin miedo.
Ben enmuecio y dejó de reír.
  - ¿puedo ir a la cárcel?-Pregunto con sorpresa y miedo.
Trate de no echarme a reír. Papá vio mi expresión y también se aguanto la risa al ver que le estaba tomando el pelo.
Alcé la barbilla y me cruce de brazos de manera sería.
  -Si.
Ben se quedó blanco.
  -También se que los carceleros dan mucho miedo y que no te dejan tener cochecitos.
  -Pero...¡Soy un niño!-Dijo algo asustado.
  -Un niño mago que hace magia es Lo bastante maduro para ser responsable de sus actos-Dijo papá con fingida seriedad.
Ben se retorcio y se puso nervioso.
  -Bien.. Lo mantendré en secreto y no aré magia, pero...-entonces se quedó callado.
  - ¿Pero?-Repetí extrañada.
Ben me miro con vergüenza y miedo.
  -No se bajar-confesó.
Me eché a reír y alcé los brazos.
  -Relajate, piensa en bajar al suelo. Respira hondo y tranquilizarte.
Poco a poco, Ben comenzó a bajar hasta acabar sobre mis brazos.
  -Venga, te ayudare a bañarte-dije revolviendo Su cabello con una sonrisa-Pequeño mago.
Me sonrio con sus pequeños dientes de leche y la luz brillo en sus ojos chocolate mientras íbamos al baño.

"-¿Ves esto Ben? Se llama varita-Le susurraba con voz dulce y ronroneante.
Estaba atrapada, mis muñecas envueltas en cadenas, atada a un muro.
Ben observaba fascinado a Keray y a Su varita.
Papá y mamá estaban atados y amordazados no muy lejos de mi, mirando a Ben. Mamá lloraba y papá luchaba contra las cadenas hasta hacerse sangre.
  - ¡No! ¡Alejate de el Ben!-Grite, ya que era la única que podía hablar.
Ben no me miro, sus ojos estaban huecos y sólo tenían ojos para Keray.
  -No le hagas caso-Susurro acariciando Su pomulo con delicadeza.
Me revolvi furiosa.
  - ¡Déjale en paz!-Grite peleando contra las cadenas y sintiendo como se hundian en mis muñecas-¡Ben!-Chille.
Este me miro con ojos huecos. Pude ver un destello de reconocimiento en ellos.
Miro a Keray y el destello desapareció. Alzó la mano.
  - ¿maestro?-Susurro con Su voz de niño.
Keray sonrio de una manera tan amplia que casi parecía una mueca que mostraba todos sus dientes. Le afilaba el rostro hacia delante y le alargaba los rasgos y los ojos. Por un segundo me pareció un lobo.
Me estremeci al ver pasarle la varita...
Oh no. Era mi varita.
  - ¡Ben!-Grite-Ben despierta. Soy yo, soy tú hermana. Soy Clarie-sentí las lágrimas caer por mis mejillas mientras sollozaba.
Volvió a mirarme sin ninguna expresión en Su rostro.
  - ¿Hermana?-Repitió y fruncio levemente el ceño. Se giro hacia papá y mamá-Hermana.
Agito levemente la varita y mamá y papá comenzaron a retorcerse y a gritar tras las mordazas.
Chille como loca y trate de soltarme.
  - ¡Ben! Mírame, somos tú familia. Ben, Keray es malvado. Sueltame-le suplique.
Con una última sacudida, mamá y papá cayeron flojos contra el suelo.
  - ¡Mamá! ¡Papá!-Grite con fuerza y sentí la sangre gotear por mis muñecas mientras lloraba intentando desesperadamente alcanzarles.
  - Ahora, acaba el trabajo-Susurro Keray en el oído de mi hermano colocando Su mano en el hombro.
Cai de rodillas frente a Ben mientras avanzaba sin expresión en Su dulce rostro de bebé.
  -Hermana-repitió.
No, no era el. Keray le estaba haciendo esto. Tenía que conseguir que volviera.
Alcé los brazos flojos y sangrantes hacia el.
Ben dudo y se acercó a mi, con la varita ahora temblorosa.
Si... Lo estaba logrando.
  -Ven conmigo, mi bebé. Mi pequeño niño, mi hermanito-Solloce.
Ben avanzó hacia mi más rápido y bajando Su varita.
  -hermana-Repitió y se hundió en mis brazos.
Le envolvi con ellos torpemente mientras me dejaba caer sobre la columna. Lloré sobre Su cabellos mientras sentía Su cuerpo rígido debajo de mi.
  -Vuelve mi niño-Suplique entre lágrimas.
La risa de Keray lleno mi mente. Le mire por encina del cabello de mi hermano.
  -Llegas tarde. Siempre tarde-Susurro y sentí la varita clavarse en mi pecho-Hazlo.
Bajé la mirada aterrada a Ben y pude ver sus facciones más alargadas de Lo normal y sus dientes de leche asomandose por sus labios.
  -Hermana-repitió.
Y solte un alardido de dolor cuando un fuego interno me cubrió el cuerpo"
Me levante con una exalacion y el pobre Nuts cayendose de la cama con un ruido sordo.
  - ¡Nuts!-Exclame quitándome el sudor de la frente y socorriendo a mi mascota herida.
Por suerte y para alivio mío, no me rechazo.
Le acaricie y acune en mi regazo con culpabilidad.
  -Perdona amigo no quería...
La puerta se abrió de golpe y Ben apareció sonriendo y con un gran regalo y una gran sonrisa.
  - ¡Ha venido Santa!-Grito.
Nada más verle me tiré sobre el y Lo abrace con fuerza.
  - ¿Clarie? ¿Que ocurre?-Pregunto Ben nervioso.
Me sone la nariz mientras aguantaba las ganas de llorar.
Estaba bien, estaba vivo. Era calido, agradable y dulce. No estaba rigido y no me rechazaba.
Mi hermanito... estaba bien. Estaba conmigo. No me iba a dejar, no me iba a atacar. No iba a hacerme daño.
Era mi hermanito, con el que me peleaba y me llevaba a matar muchas veces y otras muchas le envolvia en besos y abrazos.
Era el mismo bebé que hace ocho años acune por primera vez y me abrio sus dulces ojos a mi.¡A mi! Su hermana mayor que aria cualquier cosa por el.
  -Nada canijo, nada. Vamos abajo-Dije poniendome en pie y recuperando la compostura-Veamos que te a traído Santa Claus-Y nuestras sonrisa se ampliaron al instante relajandome aun mas.

Ben estaba lleno de increíbles regalos y yo sólo tenía... Libros. Libros  y un mantenimiento de varitas, ropa y un...
  - ¿Que es esto?-Pregunté levantando una caja de metal con una ranura arriba-¿Una hucha?
Mis padres sonrieron.
  -Llevamos muchos años ahorrando poco a poco para ti. Pensamos en hacerte una cuenta en Gringotts-Explico papá.
Abrí la hucha y ahí había una llave grande y extraña.
  -Ya está hecha la cuenta y ya están tus ahorros. Ahora aras Lo que quieras con ellos... Eso si, con la supervisión de tú padre y madre-Dijo mamá rápidamente.
¿Ahorros? ¿Que ahorros tenía yo?
Entonces cai, la universidad. Claro. Mamá y papá habían estado ahorrando toda mi corta vida para cosas como mi Universidad, un coche cuando creciera y cosas asi. Ben también tenía su cuenta.
Sí estaba en  Gringotts quería decir que mi dinero había sido transferido en forma de galeones. En dinero mágico.
Sonrei y les abrace.
  -Gracias mamá, gracias papá.
  -Aún queda un regalo-Dijo de pronto papá.
Frunci el ceño ante la mirada de complicidad de mis padres.
Papá se levanto y fue a la cocina. Al volver llevaba una caja grande y marrón. La puso delante se nosotros.
  -Abrirla, vamos-Nos apremio mamá.
Ben había estado de manera posesiva sobre mis piernas. No podía quitarme de la cabeza aquel sueño tan horrible. Además... Me sentía mas tranquila asi.
Ben bajo de mi regazo y corrió hacia la caja.
  - ¿Que es?-Pregunté arrodillandome a Su lado.
  - Si no Lo abris, no Lo sabreis-Dijo papá casi tan éxtasiado de emocion como nosotros dos.
Ben, incapaz de contenerse, abrió la caja de golpe y ahogo un grito.
Me asome con curiosidad y vi a una gran lechuza parda de ojos ambarinos que piaba inocentemente. Era un simple bebé, no era tan grande como debería ser.
  - ¡Una lechuza!-Grito Ben asustando al animal.
  - ¡Ben!-Le regañe y alcé la mano para acariciar al ave, fascinada-No debes asustarle-Mire a papá y a mamá-¿Como habreis sido capaces de dejar ahí a ese pobre animal.
Papá alzo rápidamente las manos en señal de disculpa.
  - Carter se aseguro de que no sufriera con un hechizo-Me aseguro.
Suspire más tranquila y saqué al pájaro de la caja.
  - ¿Porque...?
  - Estábamos hartos de ir a buscar lechuzas mensajeras-explico mama sentándose en el regazo del sofa-Creí que tener una lechuza familiar sería Lo ideal. Más ahora que Ben irá también...
Asenti compresiva y deje que Ben la tocara con delicadeza.
  - ¿Es chico o chica?-Pregunto Ben.
  - Chica-dijo papá.
Ben puso una mueca.
  -Prefiero chico-murmuro.
Empuje Su hombro con el mío y Sonrei.
  -No seas tan exigente... ¿Como le llamamos?-Pregunté mirando a papá y a mamá.
  -Lo dejamos en vuestras manos-dijo mamá.
Ben y yo nos miramos en silencio y comenzamos a murmurar posibles nombres para nuestra lechuza.
No podíamos decir el nombre delante de ella o se le quedaría grabado fácilmente. Las lechuzas tenían esa habilidad.
Al fin Ben fue quién eligió el nombre a nuestra nueva mascota.
  -Shadow, se llamara Shadow-Dijo con una gran sonrisa.
Así fue como un nuevo miembro entro en la familia.
Shadow pío conforme y comenzó a volar sobre nuestras cabezas hasta acabar sobre el hombro de Ben.
Ya está, Shadow acababa de aceptar a Ben como Su dueño oficial.
Sonrei y observé a mi pequeño hermano jugar con la lechuza loco de alegría.
Ben iba a ser mago, iba a ir a la escuela. Yo volvería a Hogwarts en una semana. Tenía demasiadas ganas. Sobretodo tras agotarse mi sustento de libros de la biblioteca para investigar.
Pero mi preocupación por Ben no menguaba.
Aquel sueño me había dejado muy mal sabor de boca y mi instinto posesivo y protector por mi pequeño hermano se volvía más intenso al darme cuenta de que aquel sueño podía hacerse realidad.
No... No podía ser. Me negaba a pensarlo. Sólo era un sueño.
Ben jamás me aria eso ni a mi ni a mi familia. El no era un monstruo.
Pero el sueño parecía tan real y sus ojos tan fríos y lejanos... Sí Lo hiciera estaría bajo un hechizo, no podía pensar otra cosa.
Me negaba a pensar otra cosa.

miércoles, 1 de mayo de 2013

Capítulo diez. Riñas y pesadillas

Las varitas salieron volando por los aires y acabaron todas en la mano extendida del profesor Armen.
Jera Lestrange estaba a Su lado con las mejillas rojas de la vergüenza bajo la mirada de todos los alumnos.
Había reconocido Su tono de voz. Ella había gritado que pararamos.
  -Como ya he dicho, las riñas entre casas me resultan muy molestas-Dijo el profesor Armen con frialdad.
Sus dedos se cerraron en torno al hombro de Jera y la pusieron tras el, de manera protectora.
  - ¿Que ocurre señores Rayden, Flume, Corner, Jones, Wittman, Rosier, Gibbon, Carrow y Bole?
La voz del profesor Armen se clavo en cada apellido con dureza mientras avanzaba al centro del pasillo.
Se hizo el completo silencio.
Entonces centro Su mirada en mi y en mi brazo extendido hacia Eric y el otro dentro de mi bolsillo.
  - ¿Señorita Wolf?
Mis mejillas se sonrojaron al sentir la mirada de todo el mundo sobre mi.
  -Nada profesor Armen. Sólo a sido un malentendido-Susurre apartando la mirada de sus ojos azul oscuro.
Se inclino hacia mi cuan largo era y me miro fijamente.
Debía de llegarle por la cintura. Se parecía tanto al guardabosques Hagrid...
  - ¿Está segura de ello?-Pregunto atravesandome con la mirada.
Me mordi el labio para callarme.
Eric no iba ha hacer Lo mismo.
Se interpuso entre nosotros echandome hacia atras.
  - ¡Rosier la llamó sangre sucia! Pensaba darle una lección-Le gruño Eric mirando con asco a Rosier.
  - ¡Eso no es cierto! Ella me insulto primero...-Comenzó Rosier a excusarse.
Agarré a Eric a tiempo para que no se lanzará a estrangularle.
  - ¡Eric!-Proteste y tiré de el.
El profesor Armen le agarró del hombro y tiro de el hacia atrás.
  -Señor Rayden, conserve la calma-Se volvió hacia los Slytherin-Tanto sí es verdad como sí no, ese insulto no está tolerado en está escuela-Les devolvió las varitas-Espero que no hayan más problemas. Les recuerdo que soy el representante de Su casa y no me costará tenerles una semana entera destripando sapos o limpiando orinales en la enfermería. Ahora vuelvan a sus clases.
Me costo hacer que Eric se alejara de los Slytherin pero con Sam consegui moverle.
Sam era grande y fuerte, con el cabello rubio pajizo, pecas y ojos azules.
  -No te sulfures colega-Le pidió con un golpe en el hombro.
  -No merecen la pena-Dijo Ian alcanzandonos.
Delgado, ojos azul mar y cabello castaño corto.
No se parecía en casi nada al chico nervioso del dia de la selección. Parecía muy tranquilo y bastante amable.
-Creí que nos peleariamos de verdad con ellos-Murmuro Jamie algo asustado.
Era pequeño, delgado con el cabello color caoba y los ojos marrones.
Espere a que nos alejaramos un par de pisos de los Slytherin y agarré a Eric del codo echándole hacia atrás mientras el bromeaba con los chicos metiendose con los Slytherin.
  -No vuelvas ha hacer eso-le ordene con enfado.
La sonrisa de Eric se borró y me muto confundido.
  - ¿Que? ¿Porque?
Apreté los dientes y los puños.
  -Mira, me da exactamente igual sí tienes algo con los de Slytherin. No me metas a mi.
  - ¿De que hablas? ¡Pero sí se estaban metiendo contigo!-Me especto.
  - ¡Me da igual!-Dije alzando la voz con enfado.
Peleé con mis impulsos de gritarle. Quería arrancarle la cabeza. El no entendía nada.
  -Estoy harta de ser la rarita de la clase. Así que deja que pase desapercibida o que al menos me defienda yo sola ¡No soy una niña!-Dije molesta.
Eric se enfado y me fruncio el ceño.
  - ¡Bien! Pues que te defienda otro la próxima vez.
  - ¡No necesito que nadie me defienda!-Le solté ofendida.
Nuts le solto un bufido y le agarré para que no saltara a arañarle o morderle.
  - ¡Estupendo! Largate.
  - ¡Bien!
  - ¡Pues vete!
  - ¡Eso voy ha hacer!
Le di la espalda y eché a andar echa una fiera.
Cloe me siguió confundida mientras oía a Eric maldecir confundido a mis espaldas.
Está estuvo en silencio mientras íbamos por el pasillo, yo pisando fuerte y ella siguiendome como podía.
  - ¿Porque te ha molestado que Eric te defendiera?-Pregunto con un Susurro.
Le frunci el ceño. Ella enmuhecio.
  -Olvidalo-Susurro bajando la mirada.
Ella no tiene la culpa Clarie. Ella no te ha echo nada.
Suavice mi expresión y Suspire expulsando toda mi tensión.
  -Lo siento Cloe. No quería ser brusca contigo. Pero es que... Odio que la gente me defienda. No soy una cría, se hacerlo sola y me a molestado que Eric montara semejante pollo por un insulto que ni yo comprendo-Expliqué.
Cloe sonrio amablemente.
  -Eso de que no eres una cría...
  - ¡Oye!-Dije dándole un empujón con una risita que ella me devolvió.
  - Era broma Clarie. Sólo que el insulto de Rosier es algo muy feo... Nos recuerda, ya sabes, los viejos tiempos-Puso una mueca y bajo la mirada-¿Sabes que dijeron mis padres al llegar mi carta de Hogwarts?
La mire curiosa y ella me miro con cierto dolor en sus inocentes ojos.
  -Dijo que éramos la generación renovadora. Que este es uno de los primeros años que cumplimos el cupo de alumnos medio-Explico.
Sabía que la madre bruja de Cloe trabajaba en el Ministerio en algo en relación a Hogwarts y Su dirección, al igual que Su hijo, Carter.
Así que no me sorprendió que supiera los alumnos que había en cada curso.
  - ¿Y como es que antes no cumplían el cupo?-Pregunté estúpidamente.
Ella no me miro como sí fuera estúpida. Sino como sí comprendiera de mi incomprensión.
  -Más de la cuarta parte murieron y la otra cuarta parte está metida en Azkaban... Ya sabes, la prisión mágica-Agregó rápidamente al ver mi confusión.
Asentí lentamente con la cabeza.
  -Así que la generación renovadora...¿eh?
Ella se encogio de hombros.
  -Eso parece.
No dije nada más y fuimos directamente a la siguiente clase.

"-Vamos, tenemos que llegar a clase de sangre sucias-Decía Cloe con una gran sonrisa cruel tirando de mi muñeca.
La segui confundida.
  -¿Clase de sangre sucias?-Repetí.
Ella se rio fríamente y corrió por el vestíbulo hacia el gran patio se la escuela.
Allí estaban todos los alumnos, o la mayoria de ellos, con la misma expresión de frialdad y crueldad en todos los rostros.
Me estremeci mientras Cloe se abría pasó entre los alumnos y me llevó a la parte de en frente.
-¡Estas aqui!-Grito Eric con una gran sonrisa.
Sus ojos plateados eran salvajes y peligrosos.
Me cogió del hombro como sí tuviera garras en lugar de manos y me puso frente a el.
Me quede congelada en el sitio.
  -Mira, mira bien-me ordenaba con voz fria.
Ante el grupo de alumnos echo un semicirculo había una especie se foso de medio metros lleno hasta arriba de magos y compañeros quiénes se retorcian de dolor ante algún tipo de tortura.
Sentí una mano acariciando mi cuello. Un dedo frío que me hizo estremecer.
Me aparto el cabello y se inclino sobre ni oído.
  -No lo conseguiste, Annabeth. Nunca me destruiste. Tú sacrificio fue en vano-Susurro una fria y grutal voz.
Me gire con un respingo y observé a un hombre alto y fuerte. Con el cabello negro y largó recogido en una coleta en la parte baja de la nuca.
Sus ojos eran negros y profundos como pozos, sin pupila y estremecedores.
Sus rasgos eran duros y salvajes.
Era incorporeo. No tanto como un fantasma, pero sí Lo suficiente para ver a través de el.
  -Te toca morir a ti-Susurro con un extraño olor de putrefaccion en el aliento.
Su mano apareció bajo una extraña capa llena de cicatrices y me golpeó el hombro.
Perdí el equilibrio y grite mirando a mis amigos.
Estos se reian y sacaban las varitas mientras caía el foso.
Sus hechizos me golpearon antes de llegar al fondo y grite muerta de dolor"
Me levante con un grito ahogado por la almohada.
Confusa mire a todos lados limpiandome el sudor de la frente.
Suspire al comprender que estaba en mi habitación de Hogwarts y relaje mi cuerpo contra el colchón mientras Nuts subía por mi pecho.
Le abrace y luche contra las lágrimas.
  -Odio tener pesadillas-Le susurre.
Nuts me miro comprensivo y hundió Su hocico en mi cuello mientras se retorcia.
Suspire y acaricie a mi huron.
Debía de ser pronto... Sabía que era sábado, así que me iba a quedar hasta tarde duemiendo. Después de ese horrible sueño estaba más cansada que cuando me eché a dormir.
Cerre los ojos y entonces mis cortinas se abrieron de par en par.
Me incorpore con un gritito mientras mis compañeras de habitacion me miraban sonrientes.
  - ¡Feliz cumpleaños!-Gritaron al unísono.
Me puse roja y me quedé boquiabierta.
¿Quién en este mundo se olvida de su propio cumpleaños?
Las chicas se echaron a reír ante mi cara atonita y yo conseguí relajar ni gesto y ponerme recta para recibie felicitaciones y abrir regalos.

Caminaba feliz y orgullosa por los pasillos del colegio hacia el comedor, con mi pesadilla ya casi olvidada y exhisbiendo algunos de mis regalos.  -Bonito collar-Dijo una voz en un murmullo a mi lado.
Vi a Eric por el rabillo del ojo. Alcé la barbilla.
  -Gracias-Dije secamente.
Cloe soltó un gemido a mi lado y se puso entre nosotros, envolviendo nuestros brazos.
  -Venga... Hoy es un día especial. Deberíais dejar de lado vuestras riñas, perdonaros y ser amigos otra vez-dijo con una gran sonrisa.
Eric y yo evitamos mirarnos, con ese orgullo aplastante que teníamos los dos.
Eric llevaba una semana sin hablarme, desde que me enfade con el por defenderme ante Rosier.
No bus habíamos mirado ni dirigido la mirada en ningún momento. Incluso se había cambiado de sitio en Historia de Magia, Defensa Contra Las Artes Oscuras y Encantamientos para no verme.
En parte hacia como que no me importaba, pero por dentro me fastidiaba que nos llevaramos ahora así. Más que nada porque nosotros tres éramos un grupo desde que esto comenzó.
Aún así, se las ingenio para golpearme con un cojin en la sala común el otro día mientras practicabamos el encantamiento de hacer levitar las cosas.
" - ¡Wingardium Leviosa!
Frunci el ceño ante los gritos que me impedían concentrarme en mis deberes de Pociones sobre las propiedades del ojo de triton.
  - ¿Tanto les cuesta hacer eso en su cuarto?-Le murmure a Cloe.
Está sonrio a medias.
  -En el fondo te gustaría está haciendo el tonto con ellos-me echo en cara.
Los chicos se estaban riendo y disfrutando tirandose cosas entre ellos mientras las chicas hacíamos nuestros deberes en las mesas.
  -¡No es cierto!-En realidad sí Lo era-Más les vale no pedirnos después los deberes porque no pienso...
Entonces uno de los cojines atravesó la Sala Común y me golpeó en la nuca.
No me dolió.
Pero me levante muy enfadada y con los puños cerrados mientras las carcajadas de los chicos se apagaban.
Me volví y observé a Sam, Ian, Jamie, Byron y al innombrable.
  - ¿Quién a sido?-Exigí saber.
Todos los chicos sugirieron Su mirada al innombrable.
Este trato de mantener la cara neutra, pero por dentro se moría de ganas de reírse en mi cara.
¿Ah, sí?
Saqué mi varita.
  - ¡Wingardium Leviosa!
El cojin salió despedido hacia Eric mientras Lo manejaba a mi antojo.
Intento esquivarlo, pero era dificil teniendo en cuenta Lo lento que iba y los obstáculos de la Sala.
Eric acabó tropezando con la pata de un sillon y cayendo a los pies de una chica de segundo que recordaba de las duchas.
Marie Trinckey.
Eric alzó la mirada y se sonrojo ante Su mirada asesina mientras todas las chicas se reían a carcajadas.
Eric se puso en pie y salió de allí colorado y mirándome de manera asesina"
Cloe soltó un gruñido y echo a andar con pasó fuerte, ignorandonos.
Le había tocado estar en medio de la discusión toda la semana. Sin duda, estaba harta.
Eric y yo caminamos en silencio por los pasillos.
Mis manos acariciaban a Nuts, mientras que las suyas estaban hundidas en Su pantalón.
  -Está harta de estar en medio. En casa es igual, con nuestros hermanos. Aunque siempre estamos en medio juntos-Explico Eric en voz baja.
  - ¿Vuestros hermanos?-Dije a regañadientes.
Quería matar mi curiosidad. El asintio con la cabeza.
  -James y Carter nunca se han llevado especialmente bien y siempre estamos en medio cada vez que discuten-Explico.
  - ¿Y porque discuten?-Pregunté curiosa.
Eric se encogio de hombros, con indiferencia.
  -Por todo. Pero Su riña comenzó cuando se pelearon por una chica... Ganó mi hermano, por supuesto-dijo con algo de orgullo.
Puse los ojos en blanco.
  -Estupendo. Veo que viene de familia.
Me miro confundido.
  - ¿El que viene de familia?
  - Lo de pelearse por estupideces y acabar ganando por pura cabezoneria-Solté.
Me miro con el ceño aún más fruncido y estuvo apuntó de contestarme cuando me eché a reir.
  -Era broma-Dije y se rio conmigo.
Al verle reir me relaje un poco y me di cuenta que aquella reacción era igual en el.
  -Siento Lo del cojin-Dijo al fin con un murmullo.
  -Yo no siento Lo de Marie, cada poro sonrojado de tú rostro mereció la pena.
Eric se enfado y me volví a reír. De nuevo, se río conmigo.
  -Lo pase mal ¿Lo sabes?
Rompí a reír de nuevo.
  -Mereció la pena, completamente-Contesté y luego trate de calmarme-Aunque tampoco debí de hacerlo. Y siento tambien gritarte el otro día.
El suspiro.
  -Te diría que mi volvería a defenderte. Pero te mentira. Siento nauseas cada vez que se meten contigo o con alguien que conozco. Lo odio-Confesó.
Sonrei a medias mientras bajábamos las escaleras hacia el segundo piso.
Evite un escalón hueco traicionero que ya me atrapo el segundo día aqui y no era nada agradable.
  -Eric, el Defensor-Dije.
Este se echo a reir y me golpeó el hombro con el suyo.
  -Me vas ha hacer sonrojar-Dijo en tono patetico imitando a... Bueno, a una princesa.
  -Ya sería la segunda vez-Le recorde y de nuevo me miro con veneno en los ojos mientras me reia.
Me agarró del codo y me revolvio el pelo.
  -Deja de ser tan plasta-Me reprocho.
  -Y tú tan patoso-y le hice la zancadilla con disimulo.
Se precipito hacia el suelo y le agarré del brazo.
  - ¿Ves? Das vergüenza ajena-dije aguantandome la risa.
Sonrio de manera sombría.
Oh, oh...
Me recordaba tanto a mi sueño.
  - ¿Vergüenza ajena? Preparate para correr-me amenazo.
Me eche a reír.
  -A ver sí me coges Rayden.
Eché a correr como una loca por los pasillos mientras el me seguia, riéndonos a carcajadas y evitando a los alumnos que nos miraban con odio.
Eric era rápido, pero no podría alcanzarme. Yo Lo era más.
Al llegar al Gran Comedor acabamos sin aliento frente a Cloe que nos observaba atonita.
  -Te cogí-Dijo Eric cogiendome del hombro con un jadeo.
Me rei entre jadeos, farfullando.
  -he llegado aqui. Estoy en zona neutra, no puedes cogerme-dije sentandome.
Eric se sento a mi lado.
  - ¿Eso donde Lo pone?-Pregunto mientras me untaba mermelada en una tostada.
Hundí mi dedo en la mermelado y se la puse en la nariz.
  -Aqui-dije mientras me echaba a reir.
Eric me fruncio el ceño y fue a limpiarse cuando Nuts salió de mi bolsillo y relamio Su nariz haciendo que volviera a reirme.
Se quito a Nuts de encima y se sirvió unas gachas mientras Cloe nos miraba con los ojos entrecerrados.
  - ¿Os habéis perdonado?-pregunto
  - ¿Perdonado? ¿De que hablas primita?-Dijo Eric con una ceja alzada.
Sonrei.
  -Si, eso... ¿De que hablas Cloe?-Dije aguantandome las ganas de reir.
Cloe fruncio el ceño.
  -Oh, claro. Ahora estáis perfectamente y no os habéis estado imitando. Estupendo. Iros a freir heces de dragón.
  -Que agradable eres Cloe-Dijo Eric haciendo una mueca.
  -Menuda señorita estas echa-dije mordiendo mi tostada.
Cloe se puso roja de enfado.
  -Algún día os estrangulare.
  -A ver sí es verdad-Soltó Eric y me eché a reir.
  -Eso.
Cloe puso los ojos en blanco y pasaron ha hablar sobre mis regalos de cumpleaños.
El colgante que llevaba que era una cadena plateada con una lágrima roja que era de mi abuela (mamá le aconsejo el rojo por Gryffindor) el cochecito preferido de Ben y libros. Miles de libros.
  -Bueno, también me han regalado esto-Dije alzando la muñeca.
Era una bonita pulsera con mi nombre y la fecha de mi nacimiento atrás.
  - ¿Los muggles lleváis cosas con vuestros nombres?-Pregunto Cloe algo confundida.
Me encogi de hombros.
  -Si, supongo que es por si nos olvidamos de nuestro nombre-dije en broma.
  - ¿Sucede muy a menudo?-Pregunto Eric en tono brulon
Me eche a reir.
  -A mi muy a menudo-bromee.
Se rieron con mi broma y seguimos comiendo.
  -Una cosa... Ahora que hablamos de nombres... ¿Os suena el nombre de Keray?-Pregunté.
Llevaba dias preguntandome sobre aquella historia que el señor Ollivander me habia contado y tenía ganas de saber algo más.
Sobretodo despues de aquel horrible sueño.
  -Ni idea ¿De donde lo sacaste ?-Pregunto Cloe.
  -De un libro... -dije algo dudosa.
Eric nego con la cabeza.
  -Ni idea, pero siempre tienes la biblioteca-me recordó.
Cierto. La biblioteca.
  -Gracias Eric-le sonrei amablemente-Miraré en la biblioteca.