viernes, 5 de abril de 2013

Capítulo cinco: Adios Clarie muggle. Hola Clarie bruja.

¡¡¡¡RIIIIIIINNNG!!!! ¡¡¡¡RIIIIIIINNNG!!!! ¡¡¡¡RIIIIIIINNNG!!!!
El despertador se corto con un golpe patoso de mi brazo.
Gruñi contra mi almohada y me estire con fuerza antes de abrir los ojos.
Unos ojos pequeños azul claro me observaron con curiosidad.
  -Buenos días Nuts-dije con un bostezo.
Me frote los ojos y me tumbe boca arriba en la cama.
La casa estaba silenciosa y un débil rayo se luz se filtraba entre mis cortinas.
Debía de hacer sol de nuevo. Mejor, así podria pasar el día en el jardín con Nuts y...
De repente me enderece en la cama y mire a mi alrededor.
Mi cuarto estaba practicamente vacío, mis estanterías sin fotos y algunos recuerdos ya no estaban, al igual que algunos de mis libros.
Mi armario estaba abierto y casi vacío.
Mire a mi pequeño huron que se acomodaba en mi almohada. Había crecido mucho en estas tres semanas, hasta el punto de ser igual de grande que sus hermanos. Además había cogido un aspecto bastante más saludable.
Inmediatamente después, mi mirada fue a parar al calendario que había pegado en mi puerta.
Todos los números de agosto estaban tachados con rotulador. Eso significaba...
Salí de un brinco de la cama y abrí la puerta a toda prisa mientras Nuts corría en mis pies.
Aporree la puerta de mis padres con fuerza.
  - ¡Hoy es el día! ¡Mamá, papá, ha llegado el día! ¡ME VOY A HOGWARTS!-grite entusiasmada.

  - ¿Seguro que lo llevas todo Clarie?-preguntaba mi madre volviendose en el asiento del copiloto.
Con un suspiro volví a pasar lista.
  -Baul, cesta de Nuts, dinero, ropa interior, pantalones, camiseta y... Zapatos-dije mirándome de arriba a abajo
  - ¿Y los calcetines?
Levante la pierna y estiré la tela del vaquero para enseñarle mis calcetines.
Mi madre sonrio y se lo devolví.
  -Estupendo, estas perfecta-dijo con cariño y a la vez un poco de dolor.
Era la primera vez en mi vida que me alejaba de ellos. Jamás había podido irme de campamentos por el simple hecho de que podria haber realizado magia sin darme cuenta y hacer que el fuego se propagase, o que las tiendas se campaña desaparecieran... Lo típico que me solía pasar.
  -Estare bien mamá, te escribire todas las semanas-le asegure.
Mamá sonrio y asintio con la cabeza.
  - ¿Y tú varita? ¿También la llevas?-Pregunto Ben.
Sonreí y abrí el bolsillo del baul donde tenía las cosas más a mano. Allí, estaba mi varita.
  -Sería muy mala bruja si no la llevara ¿No crees?-le especte.
El asintio con la cabeza y miro al baul con aprension.
  - ¿Crees que iré a Hogwarts algún día?-pregunto.
Inmediatamente los ojos de mamá y papá se clavaron en nosotros a través de los espejos.
Según papá y mamá mi magia comenzó cuando sólo tenía seis años... Ben aún no había mostrado signo alguno de ella.
  -¡Claro que si!-dije rápidamente. Su rostro se ilumino, le sonreí-vas a ver que gran mago te harás. Puede que igual que el señor Crowlen.
Sus ojos chisporrotearon y volvió el rostro a las transitadas calles de Londres.
Sabía perfectamente que era lo que le pasaba por la cabeza. Se estaría imaginando está misma situación, pero el siendo el Wolf está vez que va a Hogwarts. Me preguntaba como afectaría a nuestra relación el echo de que Ben no acabara en Hogwarts.
Sacudi la cabeza y mire a lo lejos por la ventana.
No quería pensar en esas cosas.
Al aparcar en la estadion King Cross sentía el trasero entumecido.
Me había pegado horas dentro del coche para llegar hasta aquí... Nos habíamos tenido que levantar a las seis de la mañana... Suerte que sólo a sido meternos en el coche con el pijama y hacer todo allí.
Ahora mismo, por culpa del tráfico era tarde.
  - ¿Señor Crowlen? ¿Que hace aquí?-pregunté mientras veía como se acercaba con un carro y ayudaba a mi padre a bajar el baul y el resto de cosas.
  -Digamos que... Me imaginaba que llegarían con el tiempo justo. Así que me ofrecí a ayudarles. Además, hay de alguien de quién me tengo que despedir-dijo con una sonrisa.
Estaba casi segura de que no se refería a mi.
  -Venga, vamos-nos apremio.
Nos pusimos en marcha y entramos en la estación.
Nunca había viajado en tren. Si lo había echo en metro, pero sin duda la estación no estaba tan llena como hoy aquí.
Puede que fuera que la mitad eran alumnos de Hogwarts. Se les podía distinguir por sus grandes baules, lechuzas y gatos metidos en jaulas.
Los pocos que vi, iban casi corriendo en la misma dirección que nosotros.
Me senti aliviada al saber que no éramos los únicos que habíamos llegado tarde.
Anden cinco. Anden seis. Anden siete.
Todos pasaban a una gran velocidad mientras prácticamente corriamos y despertabamos la curiosidad de la gente.
Anden ocho.
  -Vamos, corred-ordenaba el señor Crowlen.
Así que corrimos y corrimos.
Volví la vista al gran reloj de la estación. Diez y treinta y cinco.
Anden nueve.
De repente, el señor Crowlen se detuvo en seco.
Esto provocó una detención tan brusca que Ben me embistio y me empujón contra papá.
  -¡Ten mas cuidado Ben!-le ordene con el ceño fruncido-Poco más y aplastamos a Nuts-dije sacando a mi pequeño huron del bolsillo delantero de mi camisa.
  -Muy bien familia Wolf. Primero pasará Clarie. Después usted señor Wolf con Ben y yo pasare con la señora Wolf-dijo el señor Crowlen.
  - ¿Pasar?-Repetí confundida-¿Pasar a donde?
El señor Crowlen sonrio.
  -Es cosa de magia-Contestó y se echo a reír ante su propio chiste. Me pasó el carrito-Agarralo bien y corre hacia esa columna.
Pegue un respingo.
  - ¿Que corra hacia donde?
El señor Crowlen me posiciono frente a la columna.
  -Cuando yo te lo diga, corre hacia la columna. No tengas miedo, no pasará nada-me aseguro.
Mire a mamá y a papá.
Me pregunte Si ellos estarían tan asustados como yo.
Suspire y me aparte el mechon de cabello que había caido sobre mi rostro.
  -Todo sea por la magia.
Me coloque donde me decía el señor Crowlen. El muro parecía tan sólido....
Anden 9 y  3/4, espero que no me devores.
Eché a correr.
No había vuelta atras. Estaba a unos metros.
Iba a morir aplastada, iba a morir aplastada.
Cerré los ojos con fuerza y espere el golpe.
Y espere y espere y espere.
  -¡Ten cuidado pequeña niña!-dijo una voz de hombre.
Abrí los ojos y vi a un joven pecoso alto y delgado con el color rojo fuego y cara alargada.
Me agarro del codo y tiro de mi para apartarme de la columna.
Un segundo después, papa y Ben aparecieron. Los dos blancos como muertos y con los ojos cerrados.
  - ¡Eh Ben! ¡Papá!-Les llame.
Estos abrieron los ojos y corrieron hacia mi.
  - ¿Queda alguien más?-Pregunto el pelirrojo.
  - Sólo mamá y el señor Crowlen-contestó Ben.
Y un par de segundos después, ahí estaban.
  - ¿Una experiencia interesante?-Pregunto en todo burlon.
Fruncí el ceño y le di la espalda para ver la estación mágica.
Inmediatamente se me desprendio la mandibula de la cara.
Era increible.
La estacion estaba llena de niños. Algunos más mayores que otros, muy pocos llevaban ya el uniforme, pero quienes los llevaban tenían una especie de medalla en su capa. Eran todos mayores.
  -Venid conmigo, tengo que presentarte a alguien Clarie-dijo el señor Crowlen.
Le acompañamos mientras observaba a los alumnos.
La mayoria nos ignoraban, supongo que a los mayores, los de primero poco les importaban.
El señor Crowlen caminaba con decisión y mucha gente se paraba a saludarle. Era conocido, bastante al parecer.
De repente se detuvo y le dio unas palmadas a un hombre algo mayor y medio calvo de cabello entrecano.
Este se giro y con una gran sonrisa abrazo al señor Crowlen.
  -Hijo mío ¿que tal estas?-Pregunto dándole una fuerte palmada en la espalda
  -Muy bien padre, vengo a presentarte a la familia Wolf, ya sabes... La que me fue encomendada y...
  -Ya se quienes son jovencito. No paras de hablar de ellos-le especto sacandole los colores.
Se giro avergonzado hacia nosotros.
  -Sois mi primera familia de muggles que ayudó-explico.
Su padre... Era joven. No tanto como el mío claro pero... Me lo imaginé más mayor. Al igual que a la bruja que estaba a su lado que debía de ser su madre.
Puede que Carter Crowlen tuviera menos años de los que imaginé desde un principio.
  -Clarie, este es mi padre, Curt, mi madre Lara y esta es mi hermana pequeña Cloe-dijo señalando a una pequeña niña en la que ni había reparado-ella también comienza Hogwarts este año.
La niña era un poco más alta que yo, delgada, de cara redonda y mejillas sonrosadas. Con el cabello castaño claro y liso como una tabla. Sus ojos eran marrones, como los del señor Crowlen... Bueno, Carter.
  -Creí que... Eras muy mayor para tener una hermana tan pequeña-admiti avergonzada.
  - ¿Y que edad crees que tengo?-Pregunto.
La verdad es que el tema de la edad nunca se me había dado bien. No estaba muy segura nunca de que años podria tener una persona.
Al no contestar, Carter presentó a mis padres y a Ben.
  -Me gusta tú mascota-dijo Cloe con un susurro bajo.
Parecía muy tímida, como yo.
Sonreí un poco y me acerqué a ella con Nuts entre mis brazos.
  -Se llama Nuts.
Una pequeña sonrisa apareció en sus labios.
  - ¿Como las nueces?-pregunto.
Asenti con la cabeza, ella señaló su carro.
  -Yo tengo una lechuza, se llama Tiger-explico.
  - ¿Tiger?-Repetí burlonamente.
  - ¡Al menos no es un fruto!-me contesto entre risas.
Las acompañe con las mías.
Parecía buena chica. Podria ser mi amiga... si es que ella quería.
  -Voy a subir vuestros baules-dijo Carter mientras llevaba nuestros carritos-despedios ya, el tren se irá en unos minutos.
Así lo hicimos.
Mamá y papá me cubrieron a besos y abrazos con muchas frases de "portate bien" "Estudia" "No seas un incordio" "No te metas en líos" blah blah blah.
Cuando mama me arreglo la trenza por tercera vez suspire y me aparte de ella.
  -Tranquila mamá, está bien-le asegure por millonesima vez.
Ella me hizo un mohin. Tenía que empezar a aceptar que iba a ir a este colegio otros siete años. Además, ya era mayor.
  - ¡Eh canijo! Más te vale no entrar en mi cuarto-le amenace revolviendo su cabello rubio-espero que no me eches de menos.
  - ¡No lo are!-me especto con el ceño fruncido.
Pero el labio le temblo y me dio un gran abrazo. Nos peleabamos muchísimas veces al día. Pero éramos hermanos, era normal. En realidad, nos queríamos mucho.
  -Tenéis que iros ya-dijo Carter dejando a Cloe en el suelo tras un gran abrazo-vuestro equipaje está ya en el tren y van a pitar en na...
De repente sonó el silvato y Cloe y yo, empujadas por nuestras familias, corrimos hacia la puerta del tren y nos subimos corriendo.
  -¡No te olvides de escribir!-me ordenó mi madre mientras me asomaba por la ventana.
  - ¡Atiende en clase!-dijo papá.
  - ¡Transforma a muchos niños en ranas!-Me suplico Ben mientras el tren se ponía en marcha.
  - ¡Ben!-Gritaron papa y mamá.
Rompí a reír a carcajadas.
  -Tranquilos, estará todo bien. ¡Tendrás ranas de sobra para navidad Ben!-le asegure.
  - ¡Clarie Evelyn Wolf! ¡Ni se te ocurra...!-Comenzó a ordenarme mama.
  - ¡Era broma!-grite entre risas.
Me dijo algo, no lo entendí ya que el tren giro la curva y perdí la vista de mi familia.
Durante un segundo me sentí vacia y sola.
Acaricie el hocico de Nuts para sentirme un poco mejor.
  - ¿Vamos a buscar un compartimento?-Pregunto Cloe.
Sin duda, estaba tan triste en el fondo por dejar a su familia como yo.
Al menos... No iba a ir en este viaje sola.
  -Claro, vamos a buscar uno-accedi.
Y llevando los pesados baules, buscamos un lugar donde escondernos de los alumnos mayores.

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